La huella del mal. Manuel Ríos San Martín

La novetat d’aquest mes de juny és la novel·la de gènere negre La huella del mal de Manuel Ríos San Martín.

I on ens situa l’autor? Atapuerca. Una visita d’estudiants al jaciment. Un d’ells troba el cos sense vida d’una noia, la qual està col·locada amb una simbologia ritual. Les pistes porten a un altre homicidi ocorregut anys enrere en un altre jaciment a Astúries.

Porten el cas els mateixos policies d’antuvi: la inspectora Silvia Guzmán i Daniel Velarde, un expolicia dedicat a la seguretat privada.

‘…Le vino a la mente cuando tuvo que husmear en los cajones entre la ropa interior de la víctima. Él había tenido esas braguitas en las manos. No sabía si, en su trabajo, quería ver imágenes como esas. Cuando se hizo inspector no pensó que se expondría a lo peor del ser humano. A sus depravaciones. Para eso no te preparaban en la Academia de Policía, por más que te enseñaran fotos de cuerpos descuartizados o paredes y suelos impregnados de sangre. Ya desde las primeras clases trataban de impresionarte,…’

Manuel Ríos San Martín és llicenciat en ciències de la informació i ha treballat en importants productores de televisió: Globomedia, BocaBoca i Diagonal, en les quals ha exercit de productor executiu, director o guionista de diverses sèries i minisèries. Ha participat, entre d’altres, a Médico de familia, Menudo es mi padre, Compañeros, Mis adorables vecinos, Soy el solitario, Rescatando a Sara. Ha coordinat i coescrit el llibre El guión para series de televisión i és autor de la novel·la Circulos.

La història que us presentem és el seu projecte més personal.

‘… Silvia miró y, efectivamente, entre los árboles y la neblina, se vislumbraba una columna de humo que no habían podido divisar hasta ese momento por la altura del bosque y la perspectiva que tenían desde la parte baja del valle. Daniel aceleró. Según iban ascendiendo, se hacía evidente que el fuego debía de ser muy intenso. El policía condujo a la máxima velocidad que le permitía el escarpado terreno hasta llegar a la cumbre de la sierra, donde el bosque se terminaba y se abría una zona pelada en la que tan solo se veían algunos robles y matorrales bajos.’